NO HACE FALTA ser supersticioso para pensar en la posibilidad de que la buena o la mala suerte existan y que las dichas o las desventuras —aun las más triviales— a veces tienen su razón de ser en los caprichos inexplicables del azar, tanto así que es habitual desear a alguien que la buena fortuna lo acompañe con la consabida frase “¡buena suerte!” y que en el mundo del espectáculo suele apalabrarse como “break a leg!” o con su escatológico equivalente castellano “¡mucha mierda!”.
El jueves antepasado fue 13 de octubre —sí, 13— y la mala suerte que ese día posó su mirada sobre el tenor estadounidense Matthew Polenzani —nada grave, quizás un resfriado, probablemente una mala digestión, tal vez un dolor de muela— fue de buena suerte para su colega, el puertorriqueño Rafael Dávila, quien fue llamado súbitamente ese mismo día par que lo sustituyera en la función de esa noche —en el Metropolitan Opera House— de Medea, de Luigi Boccherini, en el papel de “Giasone”.
Ahora bien: esa buena suerte solo sirvió a Rafy para tener nuevamente la oportunidad de demostrar con su talento —en el escenario operístico más importante del mundo— por qué es el mejor tenor puertorriqueño y el de mayor proyección internacional en este siglo,
En su quinta temporada como parte del elenco del MET —escenario en el que debutó exitosamente en enero de 2017 como el “Don José” de Carmen, de Bizet— Rafy tiene la desafiante responsabilidad de aprender y ensayar los papeles de los tenores invitados y estar listo como “cover” para sustituirlos por cualquier razón imprevista, a veces con solo unas horas de antelación o —incluso— en el transcurso de la función, misión un tanto ingrata, siempre a la expectativa y con las probabilidades en su contra.
—Hace cinco años canté en la “opening night” de Carmen y después hice tres funciones más— nos dijo recientemente Rafy desde Nueva York en una conversación telefónica—. Luego de eso no había cantado más una función, aunque estuve a punto de hacer en par de ocasiones, pero finalmente no se dio, hasta que el jueves de la semana pasada recibí una llamada del MET para preguntarme cómo estaba, porque el tenor (Polenzani) estaba enfermo y no sabía si iba a poder cantar. Ya en la tarde fue que me confirmaron que yo cantaría esa noche el papel de “Giasone”.
"Tengo que prepararme a conciencia, con la mente puesta en que voy a estar en el escenario esa noche, porque si me toca estar, más vale que esté listo..." (Rafy Dávila)
El tenor explica que aunque se sabía el papel y estaba presente en los ensayos, para esta Medea no había estado en escena ni acompañado por la orquesta y tampoco por el resto del elenco, por lo que siempre es enorme el desafío de hacerlo esa misma noche, sin al menos un ensayo.
—Cuando canté en Carmen, puede hacer algunos ensayos y, además, era con un elenco con el que ya había cantado en otros lugares de Estados Unidos —explica—. En el caso de “Giasone”, aunque no es un papel muy largo, era la primera vez que lo hacía con vestuario con este elenco y con orquesta.
—Rafy, todos los días tú estás preparado y el 99% de las veces no pasa nada… sin embargo, tienes que estar listo como si fuera a pasar, con la misma excelencia, con el mismo rigor, con la misma pasión, aun desde la certidumbre de que es poco probable que suceda… ¿cómo manejas esa incertidumbre?
—Bueno, esa es una de las partes difíciles de este trabajo… tengo que prepararme a conciencia, con la mente puesta en que voy a estar en el escenario esa noche, porque si me toca estar, más vale que esté listo. porque he sabido de muchos casos de colegas que lo tienen que hacer, pero que piensan que no va a ser esa noche y súbitamente sí lo es, pero no están preparados y entonces eso se nota. Cuando llega esa oportunidad y estas listo y lo haces bien, mucha gente que no te conocía te conocerá esa noche.
Respecto a la acogida del público a su actuación de esa noche —junto a la soprano Sondra Radvanovsky y bajo la batuta del maestro Carlo Rizzi— Rafy asevera que “fue estupenda” y que en parte se lo debe al grupo de amistades residentes en Nueva York que suelen acompañarlo cuando se han enterado de que cantará en el MET.
—Cuando pasa algo así, de inmediato lo pongo en mis redes sociales y los amigas y amigas que se enteran tratan de llegar —apunta—. En esta ocasión, además de mi esposa y amistades, vinieron a verme estudiantes míos que estaban en esta ciudad. Su apoyo y la acogida del público fueron muy buenos, al igual que la de los miembros de la administración del MET que estaban allí… todo muy contentos, por lo que yo también estoy muy entusiasmado, preparándome para regresar a este maravilloso escenario la temporada próxima con funciones seguras, quizás en dos papeles.
Sobre esta actuación en Medea, el amigo y productor Carlos Carbonell indica que el reconocido representante de cantantes Robert Lombardo, escribió en su página: “A mi entender, Dávila fue una importante adición al elenco frente a la ‘Medea’ de Sondra Radvanovsky. Se mantuvo firme y siempre que estuvo en el escenario, se apoderó de él. Cantó con voz heroica y pareja en toda su extensión y era seguramente el ideal aventurero de voz masculina y heroica imaginado por el propio compositor. Fue palpable su dolor ante la pérdida de su amada ‘Glauce’… al igual que en su encuentro final con ‘Medea’ al enterarse que ella ha matado a sus dos hijos”.
Además de su retorno al MET para el año próximo, Rafy debutará en los papeles titulares de las óperas Ernani —de Giuseppe Verdi— y Samsom et Dalila —de Camille Saint-Saëns— y dará vida nuevamente a ”Cavaradossi” en Tosca —de Puccini— en Memphis, Tennesse. Asimismo —con un nuevo agente en España— Rafy contempla su regreso a los escenarios de Europa.
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