DICE QUE ES TÍMIDA para las entrevistas, como si sintiese que habla mejor con su obra, con el fruto de esa pasión que desde muy niña adivinó de la mano de su madre, en las calles del Bronx donde transcurrió su infancia.
El rostro de Annex Burgos se ilumina con el recuerdo mientras la brisa del aguacero santurcino se cuela por las ventanas de lo que es hogar, taller, estudio y biblioteca, y "Pixel" –su silencioso perro chihuahua– pasea entre las sombras. La memoria se le sienta al lado para acompañarnos mientras conversamos sobre "Carga+Descarga", su exposición de arte digital que se inaugura este miércoles a las 7 de la noche en la Galería Petrus.
–Nací, en el Bronx, en Nueva York, pero luego mis padres regresaron a Aibonito, donde se habían conocido –recuerda Annex–. Mi mamá quiso regresar a Puerto Rico cuando yo tenía once años porque en el Bronx estaban pasando muchas cosas que a ella no le gustaban. Desde muy temprano ella se dio cuenta de que me gustaba trabajar con diversos materiales y me compraba muchas cosas para esa creatividad, como libros colorear, lápices de colores. Las muñecas y las cocinitas eran para mi hermana.
Doña Emma Rosado –madre de Annex y quien en Aibonito trabajó en un estudio en el que se coloreaban fotografías– llevaba a sus hijas a galerías y museos en Nueva York y todos los veranos y navidades se encargaba de que un fotógrafo retratara a las pequeñas.
–Ella se encargó de cultivar esa sensibilidad en nosotras –dice Annex–. Cuando yo tenía siete años me gané una beca para estudiar arte, pero nos mudamos y no pude disfrutarla. En la escuela yo era la que hacía los dibujos para las actividades, en especial de las clases de inglés. Cuando llegué a la ‘high’, lo único claro que tenía era que quería irme de Aibonito. Entré a estudiar a la Universidad del Sagrado Corazón y comencé a tomar las electivas en arte, aunque lo que estudié fue Líneas Aéreas. No sé qué tenía que ver eso con mi vida, pero… De ahí fui a la Escuela de Artes Plásticas. Nunca había tomado clases formales de arte y eso fue para mí una revelación. Era el año 1988. Fue entonces que me di cuenta de que eso era lo que realmente quería hacer.
Una vez egresó de la Escuela de Artes Plásticas, en el Viejo San Juan, Annex cursó una maestría en Bellas Artes en Pratt Institute en Nueva York. Las dos obras más reconocidas de Annex son La Fruta Favorita en la Plaza de Mercado, de Santurce, y Las Musas, a la entrada del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré.
Respecto a "Carga+Descarga", Annex explica que es la primera exposición de una serie con obras cifradas “en la espontaneidad, de complejidad conceptual, pero que pueden ser trabajadas con cierta rapidez”.
–Al principio era esta una propuesta bastante ambiciosa, con algunas obras tridimensionales, pero que por razones de tiempo tuve que reformular para poder exponer antes del 30 de junio debido a que recibí para ello una beca del Programa de Subvención Básica para las Artes del Instituto de Cultura Puertorriqueña y del National Endowment for the Arts –dice Annex–. Esta exposición es una descarga emocional, una especie de catarsis, una confrontación conmigo misma, un análisis existencial. Parto del horizonte, con imágenes que se unen. Pienso en el cielo y el mar, en el cielo y la tierra, esa línea que puede ser difusa, que puede ser fugaz… algo imaginario, nunca real, al que nunca se llega.
–Lo que Annex está tratando de capturar es el aura –interviene Néstor Otero, artista y pareja de Annex desde hace 22 años–. No son cuerpos o figuras concretas, sino lo que no se puede tocar, lo que es etéreo. Lo que no se puede describir, esa fugacidad que se va sin poderlo contener. Eso que se transforma en emociones. Que se sienten, pero no se tocan ni se ven, aunque uno trata eternamente a través de la palabra, la imagen, la música… Esta exposición es también el resultado de las largas conversaciones que Annex y yo sostenemos todos los días, de tanta convivencia y de tantas similitudes que nos unen.
Además de llevar una relación como artistas, la de Annex y Néstor es una relación de pareja en la que esa cercanía incide en los cuerpos de obras de cada cual.
–Nosotros nunca producimos individualmente –dice Néstor–. Yo me la paso consultándole a ella y ella a mí. Annex es mi punto de referencia y viceversa. Hacemos juntos infinidad de proyectos profesionales… obra, diseño, libros. No tenemos etiquetas, hacemos de todo lo que tiene que ver con el arte, buscando siempre la experiencia estética con una función social y educativa.
En el texto del catálogo de la exposición –titulado “Una razón de ser: en tiempos de gritos un suspiro”– Néstor señala que Annex “se ha dado a conocer como escultora, aunque sus primeras pasiones fueron la pintura y los medios mixtos”.
“Su constante búsqueda por expandir su diversidad expresiva en las artes digitales continúa ahora en Carga+Descarga, una muestra de trabajos eminentemente digital”, añade. “El resultado pasa a ser un ejercicio pautado y sutil de señales y referencias que nos recuerda la fuerza patente en el simple acto de vivir. Es también un dictado existencial, eco de todos los actos de guerra e infinidad de amores, donde lo que resta es lo que nos rodea... la intangible aura de nuestro sentir. Aunque la imagen digital ya es elemento intrínseco en su producción, "Carga+Descarga" es fruto de la intención de crear un cuerpo de trabajo en este medio que corresponde a un tema en específico con parámetros que determinan o sirven de referencia a un proceso existencial. Pudiesen haber sido las palabras de un caminante o las posturas de un observador teórico, pero en este caso son los planteamientos visuales de una artista plástica. Es decir que lo que ella siente a través de su trabajo es territorio de todos y que las referencias colectivas son las mismas. Esencialmente el ‘artista’ es como cualquier otro individuo, aunque su oficio y deseo sea plasmar sus experiencias visualmente”.