UNA NUEVA ESCULTURA en bronce del colombiano Fernando Botero fue develada hoy jueves por la tarde en el área metropolitana de San Juan, en esta ocasión en el Parque del Ancla –conocido también como Mirador del Condado– como parte de un proyecto de arte urbano orquestado por Paulson & Co. que se inició en febrero pasado con la colocación de Mujer sentada en la entrada del edificio American International Plaza, en Hato Rey, sede de Paulson & Co. y de Bancrédito International Bank, entre otras entidades.
Madre e hijo tiene así su nuevo hogar en el centro del parque donde hasta hace poco descansaba la obra mayor del Cardumen onírico del artista boricua Carlos Guzmán, frente al océano Atlántico. De esa obra plural del puertorriqueño sobreviven los estilizados delfines aledaños a la playa como compañía a la escultura monumental del colombiano que, junto a la develada hace unos meses en la Milla de Oro, es parte de una trilogía de Botero que se complementa con Mujer reclinada, ubicada en la plazoleta del Centro Gubernamental de Minillas, en Santurce, frente al Museo de Arte de Puerto Rico.
Según explicó a Esto es el agua... el señor Edward McGrath Castañer –director administrativo de Paulson Puerto Rico– la industria turística es uno de los grandes intereses de esta empresa, en especial en el área del Condado y el Viejo San Juan.
“Este proyecto es parte de una estrategia que tenemos para mejorar el Condado”, dijo. “Estamos invirtiendo mucho esfuerzo y capital en toda esta área… ejemplo de ello son La Concha, el Vanderbilt y un edificio residencial en la avenida Ashford de 26 pisos. Tenemos también el San Juan Beach, que en octubre próximo abrirá como el Serafina Beach Hotel. Estamos abriendo también el Café Condado, que es una oportunidad muy buena para añadir otro atractivo al área, tanto para quienes nos visitan del exterior, como para nuestra gente”.
Además de señalar que la obra de Botero se convierte en un gran referente turístico, McGrath destacó la restauración de la obra de Carlos Guzmán –que data de 1999, en el marco del proyecto de arte público impulsado por la ex alcaldesa y ex gobernadora Sila María Calderón–, como parte de la inversión de $400,000 para mejoras permanentes a la Plaza del Ancla que incluyen –además del restaurante–, aceras, luminarias, ornato, sistema de sonido y la siembra de plantas autóctonas nuevas.
“Esta obra de Fernando Botero que esta tarde develamos pertenece al señor John Paulson y desde hoy estará ubicada en esta plaza para el disfrute de todos nuestros visitantes, junto a la obra de Carlos Guzmán”, dijo McGrath. “Esto representa un valor añadido, no solo para el Condado, sino para toda esta área. Nos enorgullece que una obra de Fernando Botero esté al lado de la de un artista puertorriqueño como Carlos Guzmán. Vienen dos esculturas más de Botero que serán colocadas en algún momento en el futuro en Ventana al Mar, como parte de la idea del señor Paulson de traer más obras de este calibre a Puerto Rico”.
Por su parte, John Paulson –presidente de Paulson & Co.– declaró a través de un parte de prensa que “nos enorgullece presentar la escultura Madre e hijo al pueblo de Puerto Rico y a los visitantes de la ciudad capital de San Juan”.
“Esta impresionante obra de arte, colocada frente al mar en Condado y junto a la recién restaurada obra Cardumen onírico del artista puertorriqueño Carlos Guzmán, aporta al paisaje y la belleza de la capital”, agregó. “Agradecemos a la Ciudad de San Juan y su alcaldesa la oportunidad que nos brinda de continuar contribuyendo significativamente al desarrollo económico y cultural de la capital y de Puerto Rico.
La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, señaló que "está inauguración representa para San Juan la oportunidad de demostrarle al país, y al mundo, que las alianzas producen resultados que ayudan al desarrollo económico de nuestra ciudad”.
“Mi administración ha dado énfasis a mejorar el entorno comunitario para atraer inversión privada que resulte en aliados socialmente conscientes y responsables, pero sobre todo respetuosos del ambiente y de la diversidad que hace de San Juan la Ciudad de Todos”, añadió la alcaldesa. “Este espacio es símbolo de esas alianzas. Aquí la cultura, la gastronomía y el ambiente se complementan perfectamente para resaltar los atributos de una ciudad vibrante a la altura de cualquier ciudad del mundo”.
Carlos Guzmán dijo sentir emociones mezcladas con la develación de la obra de Botero, porque se yergue en el mismo lugar donde -por casi dos décadas- hubo una pieza suya como parte del conjunto denominado Cardumen onírico, conocido también como Los delfines.
“No te puedo negar que son emociones mezcladas”, dijo. “Por una parte es un gran honor para mí y motivo de agradecimiento que mis delfines hayan sido restaurados y tengan un Botero al lado, pero también siento algo de tristeza por la pieza que fue removida al estar ya muy deteriorada por las inclemencias del tiempo y la falta de mantenimiento”.
La escultura Madre e hijo –con un serie de tres piezas– fue creada por Fernando Botero en el 1991. Está valorada en $1.8 millones, con una altura es de 6’ con 7” y es un magnífico ejemplo de una escena familiar, con una madre sentada que sostiene a su hijo en el regazo. El tamaño gigantesco y algo desproporcionado de la madre empequeñece al niño. Como suele ocurrir en la obra pictórica de Botero, la madre parece desconectada de su entorno, perdida en su propia persona y emocionalmente distante de su niño juguetón.
Calces:
Foto superior: "Madre e hijo", escultura del colombiano Fernando Botero.
Foto intermedia: Desde la izquierda, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, la crítica de arte Hiromi Shiba. el artista boricua Carlos Guzmán y Edward McGrath Castañer, director administrativo de Paulson Puerto Rico.
Foto inferior: Carlos Guzman y algunos de sus delfines.