CONVERSAMOS POR primera vez a principios de la década pasada, cuando se inauguraba el nuevo milenio y él comenzaba ya a perfilarse como la mega estrella latinoamericana de la música “pop” que su trayectoria y el tiempo han confirmado. Ya desde entonces era Juanes –por la contracción de Juan Esteban, su nombre completo– y ya desde entonces también se manifestaba en él una genuina sencillez inmune a la fama y a los premios.
De regreso a Puerto Rico en el marco de la promoción del lanzamiento de su más reciente y ambicioso parto –el álbum visual “Mis planes son amarte” – Juanes conversó ayer por la tarde con Esto es agua… no solo de este extraordinariamente bien logrado proyecto, sino también sobre algunas cuestiones que trascienden el ámbito musical.
–¿Aburrido de las entrevistas? ¿Cansado de tener que responder casi siempre las mismas preguntas?
–A partir de que comencé mi carrera y hasta hoy ha habido un entendimiento… un aprendizaje para poder aprovechar estos momentos para comunicar… a veces es raro cuando tienes que repetir varias veces lo mismo, pero es como cuando vas a cantar la misma canción todas las noches, ¿si me entiendes? Es una forma de que cada vez que la cantas la sientes distinto… la gente le da vida distinta también. Así que para mí es parte de ese proceso…
–A cuatro meses de llegar a los 45 años de edad, Juanes, ¿qué ves cuando miras hacia atrás por encima del hombro hasta donde te alcanza la memoria?
–Veo a un niño soñador, en la casa de mis papás, tocando guitarra después del colegio, aprendiendo canciones de Los Visconti y Los Chalchaleros, de Carlos Gardel y siendo muy feliz en ese círculo familiar.
–Además de querer ser músico, ¿soñaste con ser otra cosa? ¿Cómo futbolista, bombero o político?
–Soñaba quizá con ser astronauta, pero realmente la música me atrapó desde muy pequeño. Me paraba frente al espejo con la guitarra acústica a cantar y la verdad es que me imaginaba en el escenario. Cuando en el colegio había actos públicos, no faltaba que yo me parara a cantar con mi hermano, cantaba yo solo… en fin.
Juanes dice “astronauta” y la conversación deriva al álbum visual “Mis planes son amarte”, en el que doce nuevos temas de su autoría trascienden sus propios linderos para convertirse en el cauce orgánico de una alucinante historia en la que el cantautor da vida a Javier, en su búsqueda de ese amor sin edad, trascendental y que es una suerte de metáfora en la que convergen afectos más universales.
–¿Cuál fue la génesis de este álbum visual? ¿A quién se le ocurrió la idea?
–Todo esto comenzó inspirado por la música. Cuando estábamos trabajando las canciones, realmente no había plan de hacer un álbum visual, solo estábamos con las ideas de las canciones, dando los primeros pincelazos de lo que podría ser mi nueva música. Eso tomó como año y medio. Yo quería producir mi propia música, pero no quería hacerlo solo. Estaba buscando con quién trabajar y me encontré con dos amigos de Medellín, Sky & Mosty, chicos con los que tuve muy buena química desde el principio y trabajé con ellos la música y los arreglos. Una vez que estábamos en el estudio, en Los Ángeles, terminando la mezcla, pensamos en la idea de ir un poco más allá del camino que parece estar establecido, romper el molde y llevar la creatividad al máximo. Ya habíamos trabajado con Kacho López (el director boricua del proyecto), en el cortometraje “Loco de amor”. Me gustó mucho la experiencia de haber trabajado con él. Lo respeto y lo admiro mucho. Lo llamamos, nos juntamos a hablar y ahí fue que realmente comenzó toda esta idea de irnos a todo un visual, que al principio parecía algo imposible de lograr por todo lo que requería… pero nos "embollamos" todos y lo pudimos hacer.
"He tenido momentos súper maravillosos en mi carrera y otros súper oscuros en los que no quiero ni salir de mi casa. Creo que es un proceso normal, de ir entendiendo, aprendiendo y finalmente aceptarse uno mismo"
Juanes
En este álbum visual toman parte también el recientemente fallecido actor mexicano Renato López y la súper modelo de Victoria’s Secret, Joan Smalls. Asimismo, cuenta con la presencia de artistas como la colombiana Kali Uchis, el dúo mexicano Jesse y Joy y Fonseca, entre otros. Fue grabado en México –en la Ciudad de México y en Veracruz– y en Colombia –en Medellín y zonas del oriente antioqueño, el parque Arví y la Sierra Nevada.
Juanes añade que, desde la idea del astronauta en un viaje a través no solo del espacio, sino también del tiempo, a la idea de lo indígena, son temas que tienen una enorme pertinencia para él en su vida personal y son materia de una reflexión recurrente.
–Estos son temas que me apasionan. Hay una frase en una canción que dice “mis planes son amarte…” y dije “¡ah! Esto por aquí puede ir”. Aprovechando que me gusta tanto este tema, lo comparto con Kacho y con Rebeca León, mi manager, y por ahí llegamos a todo eso… Al final, para mí siempre han sido una obsesión el espacio, las estrellas, el universo, de dónde venimos, por qué estamos aquí y qué vamos a hacer. Es como esa pregunta constante que el hombre se ha hecho al mirar las estrellas… sigo cuestionando eso. Y para mí, aunque parecieran muy distantes, la parte espacial y la parte indígena están demasiado conectadas. Creo que no hay una forma de entender el universo si no entendemos este lugar donde estamos y viceversa.
Al hablar de ese elemento indígena, Juanes dice que hace alrededor de trece años él estuvo en la Sierra Nevada hablando con miembros de esas comunidades ancestrales y que quedó sumamente impresionado por el concepto que ellos tienen de “la Madre Tierra”, de la existencia misma y del Génesis.
–Eso me voló la cabeza… siempre he pensado que de alguna forma hemos pasado por encima de sus conocimientos y cada día nos olvidamos de nuestros indígenas, que son al final nuestra esencia, y nos pareció muy importante a Kacho, a mí y a todos los que hemos estado en esto recuperarlos y darles su importancia y su lugar.
Cuando evoca al niño que fue y lo compara con el hombre que el 9 de agosto próximo arribará a su cumpleaños 45, Juanes –quien se presentará en concierto en Puerto Rico el próximo 18 de noviembre– dice que en el adulto “queda la esencia”.
–Las ganas y los sueños siguen siendo los mismos –asevera–. Obviamente, conforme va pasando la vida, te va dando unos golpes que te van moldeando. A veces te corrigen en la forma de caminar, a veces te dan muy duro y te tumban. Y es ahí cuando tiene uno que reconectarse con la esencia, recordar quién era uno cuando pequeño. Madurar hacia la infancia. Recordar cómo era, cuáles eran mis sueños… ese es un ejercicio que hay que hacer. De esos días extraño esa naturalidad, esa espontaneidad, ir por la vida así… porque cuando ya comienzas a ser muy observado y a vivir, como que uno se va predisponiendo y siento que eso es en lo que más he cambiado.
–Por llevar esta vida tan intensa, ¿sientes que te has perdido de algo o que el precio por esta fama tan grande que tienes ha sido muy alto?
–Diría que no, porque siento que lo que he vivido ha sido lo que siempre soñé, ¿me entiendes? A veces quisiera estar en mi casa un domingo con mis hijos, llevar una vida normal, sin estar tan observado, ser una persona común y corriente. Pero enseguida me digo que no, que yo siempre quise hacer esto y hay que asumirlo con responsabilidad. He tenido momentos súper maravillosos en mi carrera y otros súper oscuros en los que no quiero ni salir de mi casa. Creo que es un proceso normal, de ir entendiendo, aprendiendo y finalmente aceptarse uno mismo.
–¿De dónde sale la magia para que cada vez que te paras en un escenario sea como la primera vez y el público la reciba esa manera, que es como merece recibirla?
–Esa magia sale del amor que uno siente por lo que hace. En un momento de esos oscuros que he vivido me pasó que a veces estaba en un escenario y yo decía “¿qué estoy haciendo aquí?, no le encuentro sentido a esto, me siento agotado”, y ahí fue que dije que eso no podía pasar, que lo que yo más amaba no me estaba dando alegrías. Esa magia nace también del cariño de la gente. A veces uno llega súper cansado a un evento, a un concierto y entonces, al ver ahí a toda esa gente, todo se olvida y se vuelve un momento muy mágico y pienso “¡wow, qué loco que a través de estas canciones me estoy conectado con todas estas personas que no conozco”. Eso me motiva mucho y me da mucha energía.
–¿Cómo te llevas contigo mismo?
–Es una relación muy intensa… digamos que siempre he sido muy crítico con mis cosas, de lo que hago y en muchos momentos me miro al espejo y me digo “te quiero tanto” y en otros momentos me digo “no te reconozco, ese no eres tú y hay que ver qué se va a hacer”. Esos momentos de duelo personal son súper violentos pero muy necesarios en la vida de cualquier persona y son los que nos van moldeando.
–Luego de casi 45 años de andar por el mundo viviendo tanto, caminando tanto… ¿has tenido un resplandor que te ilumine el misterio de la vida y que te dé alguna idea de para qué estamos aquí?
–Sí, varias veces, pero más en los últimos años, sobre todo porque llegan esos cuestionamientos. Primero, la religión, te la cuestionas. ¿Es verdad? ¿No es verdad? Jesús, Dios… te cuestionas qué es eso y cómo anda tu fe. Creo que cuestionar la religión y las creencias fue el primer paso para pensar que había algo que iba mucho más allá. Hace cinco años tuve la oportunidad de tener un avistamiento, no sé si de ovnis o no, pero vi cinco luces en el cielo durante 25 minutos que se movían de una manera muy rara. Vi eso y nadie puede quitármelo. Lo experimenté con mis sentidos. Para mí eso fue un “antes” y un “después”. No podemos estar solos. Somos solo una partícula entre billones y billones y billones de partículas.
–Cuando ya no estés, ¿por qué te gustaría que la gente te recuerde?
–Por la música. Por eso es por lo que he trabajado tanto. Por la música y los mensajes que están ahí. Pero sobre todo la música, que es lo que hace que yo me identifique con la vida.