POR MARIO ALEGRE FEMENÍAS / ESCRITOR INVITADO /
ADIÓS, PRINCESA. Sé que tu nombre era Carrie Fisher, pero para mí siempre fuiste y serás aquella princesa que desafió al imperio y se convirtió en generala de una alianza rebelde, el rostro femenino de una saga cinematográfica dominada por hombres, mas nunca fuiste una doncella en peligro. No te rescataron tanto como que te abrieron la puerta, porque no hiciste más que salir de tu celda para comenzar a dar órdenes. Se las cantaste a todos y no te dejaste mangonear dentro de la pantalla ni fuera ella.
Te marchaste un martes, 27 de diciembre, en un año colmado de malas noticias. La tuya me tocó de cerca, pues crecí viéndote -y viéndote, y viéndote- hasta que aprendí cada línea de tu diálogo. “Dantooine. Están en Dantooine”, recuerdo que confesaste en aquella copia en VHS doblada al español que reproduje tantas veces que la ruedita del “tracking” en la maquina ya no podía hacer nada por ella. Fuiste mi primer amor platónico... y el primero jamás se olvida.
Más tarde descubrí que eras la hija de Debbie Reynolds y Eddie Fisher, de tu don para arreglar libretos por los cuales nunca recibiste crédito y tu habilidad para revelar con brutal honestidad el lado oscuro de la industria y tu lucha contra la adicción y la bipolaridad. Tu sarcasmo fue tu escudo, tu sentido del humor, tu espada. Leerte y escucharte fue un verdadero placer.
Y ahora ya no estás, pero dejas atrás una legión de admiradores y millones más que aún no te conocen pero lo harán a través de ellos. La melodía de “Princess Leia’s Theme” -de John Williams- sonará a partir de hoy con cierta melancolía. En un año te veré una vez más interpretando el rol con el que te diste a conocer pero el que jamás permitiste que te definiera. Será una experiencia agridulce, ese segundo adiós pospuesto.
Leo todas las expresiones de cariño que hoy inundan la Internet en tu memoria y te imagino virando los ojos ante el despilfarro de sentimentalismo, pero eso fuiste y eso significaste. La pena de tu partida no es ni una fracción de la alegría que me brindaste y continuarás proveyendo desde la inmortalidad cinematográfica. A ti, Carrie Fisher -mujer, actriz, autora, guionista, modelo, heroína-, gracias por haber sido.
(Esta columna fue publicada originalmente en Primera Hora: http://bit.ly/2iBJ2WC)